[Verso 1]
Había un hombre sencillo,
con las manos llenas de flor,
que sembraba en su tierrita
como quien siembra el amor.
No buscaba gran fortuna,
ni el aplauso ni el favor,
solo daba lo que tenía:
un alma buena y calor.
[Coro]
🎵 El sembrador de felicidad,
no es quien mucho dice, sino el que da,
con el corazón limpio y la intención sincera,
va dejando huellas de paz verdadera.
Semillas de risa, de juego y bondad,
cultiva los campos de la humanidad,
con valores, con respeto, y con la verdad…
¡Ese es el sembrador de felicidad! 🎵
[Verso 2]
Los niños eran sus flores,
las princesas del jardín,
los valientes navegantes
de un océano sin fin.
Y entre cuentos y regadas,
bajo el sol del porvenir,
les dejaba sus consejos
como un canto al porvenir.
[Puente hablado o cantado con ritmo más lento]
“Mira bien lo que tú siembras,
que eso vas a cosechar…
el que da amor sin medida,
no lo puede olvidar el tiempo,
ni borrar el vendaval…”
[Coro final con más emoción]
🎵 El sembrador de felicidad,
no espera riquezas ni quiere mandar,
se conforma con ver que florece la vida
en las manos pequeñas que dan bienvenida.
Y aunque un día el campo le quieran quitar,
su memoria en los niños seguirá,
porque el que siembra con el alma de verdad…
¡Nunca, nunca se perderá! 🎵
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