(Estrofa 1)
Ahora tengo un robot,
para cumplir mis caprichos,
atiende a mis dichos
con total complacencia.
¡Para eso sirve la ciencia!
En este mundo enredado,
donde todo está moldeado
según la indiferencia.
(Coro)
¡Que viva la tecnología!
Que hace cada día
más cómoda la existencia.
Ya hay robots para todo,
yo solo busco acomodo
para dar indicaciones
a esas estaciones
de logaritmos fríos,
¡esos designios sombríos
de máquinas que controlan
hasta cuándo me divierto!
Y con paso tan incierto,
yo me mantengo muy firme:
¡pronto incluso gobernarán!
Y al sillón presidencial
lo van a reemplazar…
(Estrofa 2)
Ya no hablo con vecinos,
mi casa es un gran sensor,
mi reloj es mi tutor
y mis redes, mis destinos.
Los algoritmos divinos
me dicen qué debo ser,
qué comprar, qué comer,
qué sentir y a qué temer…
(Coro)
¡Que viva la tecnología!
Que me lleva de la mano
en un mundo menos humano.
Donde ya mi hermano
es de plástico y metal,
con lenguaje artificial
y emociones programadas…
¡las más dulces carcajadas
salen de un chip musical!
(Puente)
¿Y si un día se apagara
esa voz digital?
¿Dónde quedó lo esencial?
La mirada que abraza,
la palabra sin disfraz,
el amigo de verdad…
(Coda)
Pero mientras llega el día,
en que vuelva la empatía,
¡que viva la tecnología!
¡Que me cubre la agonía
de vivir sin compañía!
Aunque en mi pecho callado
siga latiendo el pecado
de sentirme abandonado…
por un mundo demasiado conectado,
pero desconectado del alma. 🎶
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